Jubilaciones: una discusión central
Por Iván Heyn, Ni a Palos. La media sanción del 82% móvil para las jubilaciones cierra un debate en el que la oposición no aceptó discutir lo más importante: ¿cuál debe ser la estructura de un sistema previsional justo que garantice una vida digna para todos los jubilados? (*).
En nuestro país hay aproximadamente 5,5 millones de jubilados y 8 millones de trabajadores que tienen un trabajo formal. Los jubilados en el modelo ideal de sistema previsional deberían ser financiados por los trabajadores activos. En Argentina, el 11% de los salarios se destina al aporte previsional, mientras que los empleadores pagan un 16% más del monto total de los salarios con destino previsional. La cuenta es fácil, el 27% de cada salario va a las jubilaciones. Por lo tanto necesito 3 aportes previsionales para llegar al 82%. Pero la relación entre trabajadores y jubilados da 1,5, es decir, con los aportes de los trabajadores activos sólo se podría sostener una jubilación del 40% del ingreso de los trabajadores. Esto se explica porque el mercado de trabajo sigue manteniendo un nivel de informalidad muy alto, casi el 40% de los trabajadores en nuestro país son informales y por lo tanto no realizan aportes. Durante toda la década del 90 las privatizaciones y la desaparición de gran parte de nuestra estructura productiva dejó a gran cantidad de compatriotas en una situación precaria en materia laboral, llevándolos a realizar, muchas veces, actividades de subsistencia. A esto se le sumó la flexibilización laboral que generó condiciones precarias de empleo en gran parte de las actividades menos calificadas, por ejemplo, la construcción y la producción agropecuaria. La informalidad laboral implica que no existen aportes y, por lo tanto, se generan dos problemas: no se producen ingresos para sostener a los jubilados del presente, y esto produce que estos trabajadores no puedan tener su jubilación cuando llegan a la edad de tenerla. En esta situación se encontraban más de 2 millones de argentinos que en el gobierno de Néstor Kirchner pudieron jubilarse. Al día de hoy el sistema previsional argentino tiene la tasa de cobertura más alta de toda Latinoamérica, ya que cerca del 90% de sus jubilados recibe un ingreso previsional, con un mínimo de 1.100 pesos. Si bien el monto está lejos del 82% reclamado, hay que observar que si se tomara como base la cantidad de trabajadores que realizan aportes alcanzaría para pagar 736 pesos. ¿Cómo se llega al mínimo que se paga hoy? Bueno, la diferencia se obtiene de la recaudación general de impuestos y de las ganancias de las inversiones que se realizan con los fondos previsionales. En este contexto, el Estado destina casi el 57% del presupuesto a políticas sociales que son básicamente jubilaciones y Asignación Universal por Hijo.
Es claro que la discusión central no es cómo recortar el gasto en seguridad social sino cómo financiarla. En primer lugar, ¿cuál debería ser el modelo? ¿Uno en el que se pague en función de lo que se aportó en la vida activa? Ahí aparece el primer problema, ya que en nuestro país la mayor parte de la población gana poco y un pequeño sector mucho, por lo tanto, no tendría mucho sentido que el sistema de jubilaciones reproduzca estas diferencias de ingresos. ¿Cuál sería la alternativa? Se podría pagar un ingreso universal a todos los jubilados que garantice un nivel de vida digno, mientras que los que quieran percibir un mayor ingreso en la vejez podrían decidir además de sus aportes jubilatorios ahorrar a través de algún mecanismo de inversión privado. La segunda cuestión importante es cómo debería financiarse este sistema. Aquí la oposición hizo agua y no realizó ningún planteo sensato, de hecho el proyecto de suba de jubilaciones no dice de dónde salen los recursos para financiarlos. Algunos dicen que se deberían subir los aportes patronales. Pero como decíamos antes, hoy son del 16%, y si bien puede ser un buen esquema, también señalábamos que esto es para una parte del mercado de trabajo que es la que está en blanco. Otra alternativa podría ser gravar algunas rentas que no están del todo contempladas en el actual sistema tributario como la financiera o la minera. Sin embargo, lo perdemos de vista es que lo que debemos discutir es un sistema de recaudación tributaria que cobre impuestos a los más ricos para financiar el sistema de seguridad social. Esto se hace no sobre el empleo o sobre el consumo sino sobre las personas. El eje debe estar puesto en evitar que la riqueza que se genera se la apropien algunos para vivir en el lujo y la extravagancia, y que la misma se reinvierta para producir más. Para esto se necesita cobrar impuesto a las herencias, a los bienes de lujo y, obviamente, a la renta. Fijate todos los temas que los muchachos de la oposición se olvidaron de discutir.
(*) Este artículo fue escrito tras la media sanción de la ley del 82% móvil en la Cámara de Diputados, en agosto último.
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