Todos menos uno. Un imprescindible
José Luis Brés Palacio
Data Chaco | Hipócritas.
Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida: ésos
son los imprescindibles.
Bertolt Brecht
Fue la primera cita que me vino a la cabeza. La descubrí por el padre de mi entrañable amiga. Ese hombre me dijo después: “Mirá, ser de izquierda no es una manera de pensar, sino una manera de vivir”, y me partió la cabeza y la vida. Para alguien que venía de donde yo venía, no era sólo un paso, sino un salto gigante.
Hoy, 27 de octubre de 2010, preparándome para recibir al censista, una noticia me dejó paralizado. Murió Néstor Kirchner. “Todos menos uno, un imprescindible”, fue lo que se me ocurrió. Lo increíble: sin darme cuenta, estaba llorando. Y comencé a preguntarme. Si no soy peronista, ¿por qué lloro? Y seguí preguntándome todo el día.
Tan súbitamente como habían llegado las preguntas, comenzaron a llegar ciertas “respuestas”. Política de Derechos Humanos, juicio y castigo a los genocidas y sus cómplices de la última dictadura cívico-militar, reestatización de las jubilaciones, Ley de Servicios Audiovisuales, derogación de las leyes de impunidad (Obediencia Debida y Punto Final), derogación de la Ley Federal de Educación, asignación universal por hijo, Ley de Educación Nacional, fútbol para todos (pero, en serio),... y un largo etcétera. Así, todo desordenado cronológicamente.
Pero, la tristeza continuaba. Y las preguntas seguían allí.
Alguien dijo que lo más notable del kirchnerismo era su oposición.
Y la mejor explicación de hoy me la dieron Clarín y La Nación. A sólo horas de haberse conocido la noticia, salieron a preguntarse si Cristina Fernández podría seguir gobernando sin Néstor Kirchner.
Huelgan los comentarios.
Ahora, una versión libre del epígrafe de Bertolt Brecht es lo único que se me esboza como respuesta.
Hay hombres que oprimen un día y son malos.
Hay otros que oprimen un año y son peores.
Hay quienes oprimen muchos años y son muy malos.
Pero hay los que oprimen toda la vida: ésos
son los hijos de puta.
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