Blindaje eléctrico
Protesta por falta de luz en Buenos Aires. | La Nación.
▪ La prensa hegemónica demostró una vez más que puede renunciar sin tapujos a la responsabilidad y el profesionalismo cuando están en juego sus intereses. Esta vez, los referentes del “periodismo independiente” se mostraron muy enojados con el Gobierno por los cortes de luz en la ciudad de Buenos Aires, pero omitieron inculpar a las empresas encargadas del servicio, Edenor y Edesur.
La prensa corporativa argentina demostró nuevamente que, a la hora de
defender sus intereses –léase negocios–, renuncia de lleno a toda posibilidad
de ejercicio responsable y profesional del periodismo.
La cobertura de lo que los principales medios del país llamaron “crisis
energética” mostró otra vez a los referentes del denominado “periodismo
independiente” muy enojados con el Gobierno nacional, pero nada con las dos
empresas que distribuyen la electricidad en la ciudad de Buenos Aires y el
conurbano, Edenor y Edesur, que cumplen la misma función que las estatales Secheep,
en Chaco, y DPEC, en Corrientes.
Se sabe que los cortes de luz durante la extraordinaria ola de calor que
padeció gran parte del país en los últimos 15 días del año pasado, con temperaturas
superiores a los 40º, se deben a problemas en la distribución y no en la
generación de energía, pese a que la demanda marcó un récord histórico el 23 de diciembre, con más de 23.700 megavatios.
En el caso de lo que se denomina AMBA, la distribución está a cargo de
Edenor y Edesur, que son las que debieron solucionar los inconvenientes y
restablecer el servicio a sus clientes. Sin embargo, en la cobertura de las
noticias sobre los cortes de luz en el área metropolitana, la prensa opositora
omitió mencionar la responsabilidad de esas dos empresas.
Tomemos el caso de uno de los diarios que todavía tiene reflejos
periodísticos, más allá de su ideología y oposición acérrima al gobierno de
Cristina Fernández, el diario La Nación. Si en su página web se hace clic en la etiqueta Cortes de luz,
aparece el listado de notas sobre el tema. Basta con entrar a 10 de ellas para
advertir que en ninguna se habla de la responsabilidad de Edenor ni de Edesur
en los apagones e incluso no se las nombra: se las llama “las eléctricas”, “las
distribuidoras”, “las empresas eléctricas”.
Ni siquiera hay referencias directas en notas como la del exministro de
Economía Martín Lousteau, El gran apagón de la gestión,
donde habla de “los episodios de masivos cortes de luz” que “vuelven a poner de
manifiesto el desdén por la administración pública que padecemos y toleramos
los argentinos”, que “son miles y miles las familias y comerciantes afectados
por la falta de electricidad en su vida cotidiana: atrapados dentro de
edificios que se transforman en hornos de hormigón, muchos sin agua, sin
heladera y perdiendo mercadería que cuesta cada vez más adquirir, con
dificultades para moverse en caso de emergencias o de personas con necesidades
especiales ante la inutilidad de los ascensores, forzados a protestar ante
gobiernos que tardan demasiado en reaccionar”. En todo el texto no aparecen Edenor
ni Edesur.
Solo una nota menciona que “los cortes de suministros en el áreaconcesionada a Edenor son más frecuentes y cada vez duran más”. “En la década
siguiente a la crisis económica de 2001, los estándares de calidad de la
empresa se deterioraron aceleradamente: la frecuencia de interrupciones subió
110% y la duración promedio de cada episodio creció 280%”, señala.
Y otra, de Jorge Oviedo, las nombra pero solo para criticar al Gobierno.
“El Estado tiene cinco directores en Edenor, desde que se quedó con las
acciones que tenían las AFJP. Uno de ellos, Emmanuel Álvarez Agis, está allí
desde 2012 y en noviembre asumió en el equipo de Axel Kicillof con el pomposo
cargo de secretario de Política Económica y Programación del Desarrollo. ¿No
sabían lo que pasaba, lo que las empresas en las que supuestamente se
desempeñan hacen?”, dice.
Pero en el colmo de lo indisimulable, las empresas tampoco aparecen
mencionadas en los testimonios de usuarios afectados por los cortes. En Historias personales, La Nación dice sobre una vecina: “Padeció
48 horas sin luz en Flores, sin respuesta de la concesionaria y sin ayuda del
Estado. A la buena de Dios”. La “concesionaria”.
Se sabe que Edenor y Edesur publicitan en los diarios y auspician
programas de radio y TV. Hasta días antes de los cortes de luz se escuchaba en
las radios porteñas la publicidad de una de las “concesionarias” sobre la
disponibilidad de un servicio para reclamos través de SMS. Y hay programas
periodísticos dedicados exclusivamente a analizar los acontecimientos políticos
del país que cuentan con el auspicio de esas “eléctricas”.
Es cierto que el Estado tiene responsabilidades. Si se llegó a esta
situación límite es porque, entre otros factores, el organismo encargado de
controlar a las empresas concesionarias del servicio, el ENRE, poco y nada hizo para
evitar el estado de cosas. Además, nadie puede negar que la reacción de las
autoridades nacionales para asistir a los damnificados fue tardía.
Pese a ello no se debe perder de vista que el objetivo de los grandes
medios es desgastar al Gobierno y empujarlo hasta la caída. Esta vez aprovecharon
los cortes de luz y la angustia de la gente para hacerse un festín. Eso sí, con
un blindaje a Edenor y Edesur.
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