Y Hillary se mandó igual
Por Diego Domínguez. Recién hoy, jueves 4 de marzo, releyendo más atentamente lo publicado en los “principales” medios nacionales, pude darme cuenta de que lo más importante en cuanto a cobertura de la gira por el Cono Sur de Hillary Clinton, la secretaria de Estado de EE.UU., fue que durante varios días se anunció que la ex primera dama yanqui iba a visitar todos los países de la zona menos Argentina.
Sin apuntar directamente a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (bah, en algunos casos sí), Clarín, TN, la editorial Perfil y otros medios económicos devenidos en prensa pretendían aducir el motivo de la “no visita”.
Días después, cuando finalmente se dio la reunión, y en la mismísima Casa Rosada, esos medios ningunearon la visita de doña Clinton, cuando, días antes, la llegada de la esposa de Bill parecía ser de extrema relevancia para toda la región, y Argentina se quedaba afuera.
De todos modos, al dar la noticia, los medios mencionados lo hicieron con menos minutos de aire y espacio que el sorteo de la quiniela. Pero lo peor de la cuestión es que sólo hicieron hincapié en que estuvo pocas horas en Buenos Aires y que la visita se dio porque el hotel chileno adonde se dirigía Clinton tuvo un problema por el sismo que azotó a Chile por esas horas.
Todos mencionaron que la secretaria de Estado se ofreció a “mediar” con los fucking pirates por el tema de Malvinas. Sin embargo, Clinton dijo algunas cosas más que en los citados medios ni siquiera fueron enumerados. Por ejemplo, al tiempo que la UCR y sus aliados despotrican contra la medida K de hacer uso de las reservas del Banco Central, entre otras cosas para abonar deudas generadas por la propia UCR y sus aliados, la secretaria de Estado norteamericana resaltó el crecimiento del país y dijo mostrarse interesada por la política de inclusión social que lleva a cabo Argentina.
Además, Hillary elogió la marcha de la economía del país y se sorprendió de que la relación de la deuda externa con el producto bruto interno (PBI) fuera inferior a la de muchos países, incluso el propio Estados Unidos.
La noticia fue elevadamente ninguneada por Clarín Group y otros de la misma sintonía. En TN se podía ver a los “seudoperiodistas” hablar de sismos y cataclismos como si fueran geólogos, e incluso anunciar olas de “dos metros” (sí, dije “dos metros”) en Hawaii y otras zonas del mundo, como si olas de “dos metros” no hubiera otro días. Señores, en Chile se habla de oleajes de hasta 16 metros como consecuencia del sismo.
En fin, lo cierto es que esta gente “muy bien informada” hacía hincapié en algunas cuestiones y no en otras. Hillary se deshacía en elogios para el gobierno nacional y también se comprometía a “mediar” con Gran Bretaña por Malvinas.
La situación descripta es sólo un capullo del algodón en una industria textil, pero sirve para graficar la postura de algunos medios que, encubriendo, censuran.
MalvinasSobre el final, otra cosa respecto del tema Malvinas. Al tiempo que Hillary se ofrecía como mediadora, Argentina lograba en la Cumbre del Grupo Río -realizada en Cancún días antes- el apoyo de 32 países latinoamericanos para rechazar la decisión unilateral de Gran Bretaña de comenzar a explorar petróleo en las inmediaciones de las islas.
Sin embargo, cuando la hermandad florece en varios países, la oposición se manifiesta con una nueva estocada que en definitiva pone al descubierto sus verdaderos intereses. En las mismas horas de la Cumbre de Río, el titular de la bancada de diputados radicales, Oscar Aguad, manifestó que la Casa Rosada “no tiene una estrategia para encarar las relaciones exteriores”.
Pero el correligionario no se quedó con eso solo, sino que fue uno de los legisladores que durante la primera semana de febrero, en el momento de mayor tensión entre los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña desde la Guerra de Malvinas, viajaron a Londres, aceptando una invitación del Departamento de Asuntos Exteriores del Reino Unido. Además del legislador de la UCR, integró la comitiva los diputados nacionales Adrián Pérez, de la Coalición Cívica; Paula Bertol, de PRO, y el miembro del PJ-Santa Fe Federal Walter Agosto, que responde al senador Carlos Reutemann. En fin, nada más para comentar.
Sin apuntar directamente a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (bah, en algunos casos sí), Clarín, TN, la editorial Perfil y otros medios económicos devenidos en prensa pretendían aducir el motivo de la “no visita”.
Días después, cuando finalmente se dio la reunión, y en la mismísima Casa Rosada, esos medios ningunearon la visita de doña Clinton, cuando, días antes, la llegada de la esposa de Bill parecía ser de extrema relevancia para toda la región, y Argentina se quedaba afuera.
De todos modos, al dar la noticia, los medios mencionados lo hicieron con menos minutos de aire y espacio que el sorteo de la quiniela. Pero lo peor de la cuestión es que sólo hicieron hincapié en que estuvo pocas horas en Buenos Aires y que la visita se dio porque el hotel chileno adonde se dirigía Clinton tuvo un problema por el sismo que azotó a Chile por esas horas.
Todos mencionaron que la secretaria de Estado se ofreció a “mediar” con los fucking pirates por el tema de Malvinas. Sin embargo, Clinton dijo algunas cosas más que en los citados medios ni siquiera fueron enumerados. Por ejemplo, al tiempo que la UCR y sus aliados despotrican contra la medida K de hacer uso de las reservas del Banco Central, entre otras cosas para abonar deudas generadas por la propia UCR y sus aliados, la secretaria de Estado norteamericana resaltó el crecimiento del país y dijo mostrarse interesada por la política de inclusión social que lleva a cabo Argentina.
Además, Hillary elogió la marcha de la economía del país y se sorprendió de que la relación de la deuda externa con el producto bruto interno (PBI) fuera inferior a la de muchos países, incluso el propio Estados Unidos.
La noticia fue elevadamente ninguneada por Clarín Group y otros de la misma sintonía. En TN se podía ver a los “seudoperiodistas” hablar de sismos y cataclismos como si fueran geólogos, e incluso anunciar olas de “dos metros” (sí, dije “dos metros”) en Hawaii y otras zonas del mundo, como si olas de “dos metros” no hubiera otro días. Señores, en Chile se habla de oleajes de hasta 16 metros como consecuencia del sismo.
En fin, lo cierto es que esta gente “muy bien informada” hacía hincapié en algunas cuestiones y no en otras. Hillary se deshacía en elogios para el gobierno nacional y también se comprometía a “mediar” con Gran Bretaña por Malvinas.
La situación descripta es sólo un capullo del algodón en una industria textil, pero sirve para graficar la postura de algunos medios que, encubriendo, censuran.
MalvinasSobre el final, otra cosa respecto del tema Malvinas. Al tiempo que Hillary se ofrecía como mediadora, Argentina lograba en la Cumbre del Grupo Río -realizada en Cancún días antes- el apoyo de 32 países latinoamericanos para rechazar la decisión unilateral de Gran Bretaña de comenzar a explorar petróleo en las inmediaciones de las islas.
Sin embargo, cuando la hermandad florece en varios países, la oposición se manifiesta con una nueva estocada que en definitiva pone al descubierto sus verdaderos intereses. En las mismas horas de la Cumbre de Río, el titular de la bancada de diputados radicales, Oscar Aguad, manifestó que la Casa Rosada “no tiene una estrategia para encarar las relaciones exteriores”.
Pero el correligionario no se quedó con eso solo, sino que fue uno de los legisladores que durante la primera semana de febrero, en el momento de mayor tensión entre los gobiernos de Argentina y Gran Bretaña desde la Guerra de Malvinas, viajaron a Londres, aceptando una invitación del Departamento de Asuntos Exteriores del Reino Unido. Además del legislador de la UCR, integró la comitiva los diputados nacionales Adrián Pérez, de la Coalición Cívica; Paula Bertol, de PRO, y el miembro del PJ-Santa Fe Federal Walter Agosto, que responde al senador Carlos Reutemann. En fin, nada más para comentar.
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