Zaffaroni: la paja y la viga en el ojo ajeno
En una carta, Adolfo Pérez Esquivel condena a los dirigentes políticos y medios de “incomunicación social” que impulsan una campaña en contra del ministro de la Corte Suprema. “Es necesaria la conciencia crítica para poder discernir los valores de los antivalores y asumir la resistencia social y cultural, y no dejarse dominar por campañas contaminadas por los tóxicos de la mentira”, opina el premio nobel argentino.
Es preocupante que el candidato del partido Radical, que pretende llegar a la presidencia de la Nación, pida la renuncia del magistrado y actúe con tanta ligereza, torpeza y falta de responsabilidad.
Los opositores al gobierno no se detienen ante nada, todo es válido, lo mismo lesda un burro que un gran profesor, con el perdón del burro, pobre y bello animalito, que por ser burro ya tiene su saber. La sabiduría natural les está faltando a muchos dirigentes políticos, sería bueno que aprendan del burro, que sabe que burro es.
Ni que decir de la siempre verborrágica y sorprendente vocera de la oposición que nos regala el anuncio de hecatombes y toda clase de calamidades contra el gobierno nacional y no deja a nadie con cabeza, actúa como robadora de esperanzas y ahora encontró donde disparar sus dardos cargados contra Raúl Zaffaroni.
Sería bueno sugerirles serenidad y control de la palabra, cabeza y espíritu, que les permita ver las cosas buenas y dignas en nuestro país.
El juez Zaffaroni ha demostrado a través de su vida y compromiso en los tiempos oscuros que vivimos en el país, lo que es el derecho, los valores éticos y sociales; su responsabilidad y acompañamiento junto al pueblo. Su trabajo y lucha son reconocidos en América Latina y en el mundo. Es un magistrado que nos honra como argentinos.
No acostumbro a dar consejos, para eso está el viejo Viscacha que como el diablo, sabe por diablo, pero más sabe por viejo. En la larga y vieja militancia vivida entre lucesy sombras, algunos aprendimos que no es bueno comer vidrio molido, indigesta lamente y el corazón. Es necesaria la conciencia crítica para poder discernir los valores, de los anti-valores y asumir la resistencia social y cultural y no dejarse dominar por campañas contaminadas por los tóxicos de la mentira.
La libertad tiene sus costos y hay que asumirla con alegría, hay que resistir y muchas veces duele, nunca es gratuita. Aquellos que acusan sin esperar el derecho de defensa y se basan en las mentiras, calumnias y otras yerbas, como lo es la campaña contra Zaffaroni, que busca destituir al juez, han tomado el peor de los caminos; la negación de sí mismos, son como los desertores de la vida.
Todo el apoyo solidario a Raúl Zaffaroni, estamos seguros que muchos hombres y mujeres en el país y el mundo lo acompañamos.
* Premio Nobel de la Paz 1980.
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