|||||
Inicio
Data.Chaco
Urbano
Vademécum
El Pelafustán
RSS

6.1.13

Sucesiones

El presidente Hugo Chávez. | El País

Cómo repercuten en América Latina los problemas de salud de Hugo Chávez. Más allá de las campañas mediáticas escabrosas, como la del diario derechista español ABC, Venezuela se prepara para la sucesión del líder bolivariano. Qué pasará en otros países de la región para garantizar la continuidad del proceso impulsado por la denominada nueva izquierda. 

Por Luis Bruschtein

Página 12


La salud de Hugo Chávez tiene repercusiones en toda América latina por la relevancia que tomó Venezuela en el continente a partir de la gestión bolivariana. Antes, la proyección venezolana al exterior estaba monopolizada por los Estados Unidos, que de esa forma se abastecía de combustible y al mismo tiempo controlaba a los gobiernos del país superpetrolero. Chávez le dio un giro completo a esa situación, con muchas críticas de una oposición muy manipulada desde Miami, pero lo real es que a partir de su gobierno Venezuela no puede quedar fuera de ninguna fórmula de integración regional. Para el Mercosur es fundamental porque su presencia consolida el núcleo más dinámico de ese proceso. Las derechas de estos países lo ven con claridad y por eso tratan de oponerse con argumentos muy influenciados por la oposición venezolana, que a su vez es muy manipulada desde Estados Unidos por los grupos republicanos más recalcitrantes.

PARA ENTENDER |  Los dilemas del chavismo

Para sus enemigos, los problemas de salud de Chávez se han convertido en motivo de regocijo y son utilizados en campañas mediáticas escabrosas en las que mucho tienen que ver los corresponsales extranjeros, como el del periódico derechista ABC, de España, que inventa una historia que se publica en la Península y, cuando rebota de vuelta, en Venezuela es tomado como un hecho consumado por los medios de la oposición. Hubo un momento en Argentina en que los rebotes mediáticos también funcionaron de esa manera. Los corresponsales conocen perfectamente a la oposición venezolana porque han sido objeto de operaciones mediáticas cada vez que hubo elecciones. Siempre hay personajes que se presentan como luchadores de la libertad, que consiguen documentos secretos o reservados, que están muy elaborados pero que no tienen nada que ver con la realidad. Son mentiras perfectas. Algunas son carpetas con supuestas encuestas que dan por ganador al candidato de la oposición, otros son supuestos informes de inteligencia sobre una cantidad variada de temas que van desde la corrupción de algún funcionario hasta la existencia de un hijo no reconocido de Chávez o actividades de espionaje contra una oposición a la que no vale la pena espiar.
Cuando los corresponsales llegan a Caracas se encuentran con este supermercado de supercherías de exmilitares, exfuncionarios o exdirigentes, todos “desilusionados” del chavismo, que ofrecen esta variada gama de información muy elaborada pero trucha. No hay ingenuidad en los periodistas. Los corresponsales saben que se trata de carne podrida pero algunos la reproducen en el sobreentendido que es lo que esperan sus empresas que ellos digan del proceso político venezolano.
Chávez ganó trece de las doce elecciones a las que se presentó desde 1998 y la mayoría de ellas con más de diez puntos de diferencia sobre sus rivales. En cada uno de esos comicios hubo quienes hablaron previamente de “triunfo” opositor o de una supuesta “paridad” de fuerzas haciéndose cargo de las evidentes truchadas que les acercaban los operadores de la oposición. Después estaban obligados a denunciar que el chavismo ganaba con fraude pero siempre han sido elecciones tan controladas que esas denuncias ya eran increíbles. Y no faltaban los más bobos que circulaban por el hall del hotel con una carpeta bajo el brazo con el rótulo de “información clasificada”. Esos eran los más irresponsables porque se trataba siempre de información muy berreta e imposible de verificar. La baja calidad de esa información hacía que muchos la desecharan a su pesar.
En las últimas elecciones venezolanas, en octubre pasado, hubo periodistas argentinos famosos que se dejaron llevar por ese cúmulo de informaciones truchas y hablaron de paridad y triunfo de la oposición y hasta llegaron a presentar como gran logro investigativo alguna de esas carpetas para incautos. Con este trasfondo, se gestó una frase de fantasía: “Si gana Chávez, Cristina va por todo”.
Chávez ganó y Cristina Kirchner no varió su gestión de gobierno. Fue una frase para asustar incautos. Pero lo contrario, que Chávez hubiera perdido, hubiera impactado con fuerza en la política de integración regional que no había tenido tanto impulso desde las luchas por la independencia, en el siglo XIX.
El chavismo en Venezuela, el petismo en Brasil, el MAS en Bolivia, el kirchnerismo en Argentina y Correa en Ecuador, más Fernando Lugo en Paraguay y Pepe Mujica en Uruguay han protagonizado en cada país los procesos que motorizaron ese camino que fue frustrado en el siglo XIX. Son vistos a nivel mundial como la expresión de una nueva izquierda. Con sus limitaciones, problemas y errores, constituyen la izquierda de este momento histórico, como continuidad de una línea histórica de emancipación. Todos ellos lo hicieron sobre la base de liderazgos muy carismáticos y sobre la base de fuerzas políticas débiles de origen. Esos liderazgos tan fuertes dificultan el surgimiento de otros dirigentes que aparezcan como continuadores de esos procesos.

Artículo completo

No hay comentarios:

Data.Chaco

Urbano

Vademécum