El Dr. Nelson Castro

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En su último programa en TN, le diagnosticó a la Presidenta el síndrome de Hubris y le recomendó recuperar el equilibrio, tras las Primarias. Esta no es la primera vez que el periodista pone sobre el tapete la salud presidencial. Ya lo hizo en 2009, a poco de las legislativas, y en 2011, cuando opinó que Cristina Fernández no debía ir por la reelección. Su obsesión por presentarla como insana. 

El Dr. Nelson Castro volvió a hablar la semana pasada de la salud de la presidenta Cristina Fernández en su programa de TN, El juego limpio, ya con los resultados de las elecciones primarias conocidos, analizados y debatidos.

Frente a las cámaras, el Dr. Nelson Castro le diagnosticó a la Presidenta el síndrome de Hubris, que, a su entender, es una “entidad médica política que describe las características del hombre y la mujer del poder”, que “siente que es único en la historia, que siente que la historia lo está mirando” y, como consecuencia de esto, “piensa que es único y casi el centro del universo”.

Con una exagerada circunspección, el Dr. Nelson Castro se dirigió a la Presidenta: “Sus médicos están muy preocupados por su estado emocional. Se preocuparon el domingo (11 de agosto) por la noche. El lunes, el martes y ayer (miércoles). Sépalo. Escúchelos. Es importante que su salud emocional sea perfecta”.

“Necesita recuperar la calma y el equilibrio frente a la adversidad. Es difícil y sobre todo cuando alguien padece como es su caso, el síndrome de Hubris, que es la enfermedad del poder y que usted está padeciendo”, le aconsejó el Dr. Nelson Castro, preocupado por la supuesta reacción de la Presidenta ante los resultados electorales de las PASO, que la prensa opositora se encargó de definirlos como catastróficos para el kirchnerismo y anticipatorios del fin de ciclo K.

Está claro que el Dr. Nelson Castro, columnista del diario Perfil, se encarga, cada vez que hay elecciones, de poner sobre el tapete la salud de la Presidenta. Lo hizo en 2009, el año de las legislativas que el oficialismo perdió en la provincia de Buenos Aires, con Néstor Kirchner como primer candidato a diputado nacional, a quien el Dr. Nelson Castro llamaba “el expresidente en funciones”.

Ese año, en una columna en Perfil, sembró la sospecha de que la lipotimia que afecta a la Presidenta podría deberse la ingestión de “betabloqueantes o psicofármacos”.    

En 2011, el año de las presidenciales, diagnosticó que la Presidenta no estaba apta desde el punto de vista de la salud para presentarse a la reelección, ya cuando todo hacía prever que solo ella podía ser la candidata del oficialismo. El 23 de octubre, la Presidenta fue reelegida con un histórico 54 por ciento.

“El jueves a la Presidenta se la vio mal. En los días previos, se la había observado igualmente mal. ¿Cuánto de sincero hubo en su discurso pronunciado con voz disfónica y tono dramático en el que reconoció el costo anímico y físico que este presente le infringe?”, planteaba el Dr. en su columna del domingo 14 de mayo de 2011, en Perfil, titulada Atención con la salud, tres meses antes de las PASO. 

La columna del 14 de mayo de 2011, en Perfil. 

En 2012, volvió a la carga tras la operación de tiroides a la que se sometió la Presidenta por un carcinoma que al final no fue, lo que llevó al Dr. a cuestionar severamente a la Unidad Médica Presidencial por el diagnóstico y a acusarla de actuar “bajo el signo del miedo”. 

El Dr. Nelson Castro certifica, con su sello y firma de médico, los brulotes de los más acérrimos detractores de la Presidenta, quienes no se privan de retomar cada tanto –sobre todo, cerca de las elecciones– la supuesta inestabilidad emocional de la Presidenta, que, en definitiva, es el eufemismo de “está loca”, un diagnóstico que incluso salió de la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires a Washington, merced a los buenos oficios de periodistas como Joaquín Morales Solá y del ahora candidato estrella Sergio Massa, cuando era jefe de Gabinete, según revelaron los Wikileaks. 

“El ‘Aló Presidenta’ del martes dejó a muchos muy preocupados. Allí se la vio a Cristina desencajada y dejando al desnudo no sólo su falta de contacto con muchos aspectos de la realidad sino también las falencias del ‘modelo’”, escribió el Dr. Nelson Castro el 30 de junio de 2012, en su afán por diagnosticar a la Presidenta y presentarla siempre como insana. 

Una digresión: el Dr. Nelson Castro y el Dr. Mariano Grondona son los únicos periodistas renombrados a los que se trata de doctor. Uno es médico y el otro, abogado, y trabajaron juntos en los 90 en radio El Mundo. No se sabe bien por qué razón prima en el trato que se les dispensa a ellos el título de doctor por sobre el de sus trabajos de periodista.

Al menos en el caso del Dr. Nelson Castro, el título de doctor parece concederle autoridad suficiente para que los jueves, delante de la cámara, increpe a la Presidenta en su arenga regada del vocativo “Sra. Presidenta” para encubrir su tono irrespetuoso.

Las diatribas del Dr. son el alimento del que se nutren algunos personajes, como la Dra. Chiche Duhalde, que salió, por esas mismas horas del síndrome de Hubris, a decir que la Presidenta es una desequilibrada y sacar de sus vísceras las expresiones más retrógradas y misóginas escuchadas de una mujer que supo estar en lo más encumbrado del poder.

Ah, perdón, Chiche no es Dra. Es la Sra. Duhalde.