El primer PASO a 2015
Más allá de los spots de campaña, la única verdad es la realidad. Solo el FPV competirá en todos los distritos electorales el 11 de agosto. La UCR no puede mostrarse homogénea y definirá candidatos con el socialismo, Stolbizer, la Coaclición Cívica y Pino Solanas. El PJ anti-K también exhibe problemas. La "esperanza", Massa. El gran perdedor, Macri. Una elección con la que empezará a dibujarse el mapa político para las próximas presidenciales.
Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) es el nombre del juego. El futuro político, a la vuelta de la esquina. El primer acto en la obra de teatro de la realidad argentina. Como quieran llamarlo. Lo cierto es que son más de 30 millones de ciudadanas y ciudadanos habilitados para votar el 11 de agosto.
Encuesta va, encuesta viene, los medios se entretienen. Spots bizarros, huecos, violentos, sin propuestas o repetidos. En medio de esa esquizofrenia, tratar de poner un poco de realidad parece imposible.
Pero ¿y si lo que decía Perón resulta cierto y “la única verdad es la realidad”? Entonces, se hace necesario tratar de buscar alguna “realidad”. Y una verdad inobjetable en política es la territorialidad, es decir la cantidad de provincias en la que se despliega, justamente, la acción política.
La única fuerza política armada en la totalidad de los distritos electorales es el Frente para la Victoria (FVP), con sus diferentes matices: en algunos casos, montado al aparato del PJ (el NEA es un bueno ejemplo); en otros, enfrentado al justicialismo, como en Córdoba y Santa Cruz. Y si bien en la mayoría de las provincias el FPV es oficialismo, también competirá en estas PASO como oposición: el caso más emblemático es Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Y en casi todos los distritos electorales, el FVP dirimirá sus candidatos en las PASO de entre varias listas que responden al modelo político, social y económico que implementó en 2003 Néstor Kirchner.
Radicales
Por historia y estructura, la UCR es el único partido capaz de confrontar territorialmente con la fuerza que encabeza Cristina Fernández de Kirchner. Pero no puede mostrarse homogénea ni coherente con sus propuestas políticas.
Mientras los radicales porteños apuestan a UNEN (aunque sus cruces son virulentos), en la provincia de Buenos Aires lo hacen por el Frente Progresista, Cívico y Social, con Proyecto Sur de Pino Solanas, el GEN, las distintas patas de la Coalición Cívica (tanto los “lilitos” como los “exlilitos”), y un sector del socialismo que responde al santafesino Hermes Binner.
Justamente, en Santa Fe, siguiendo el mismo modelo, el FAP dejó paso al Frente Progresista, Cívico y Social, que resulta de la unión del Partido Socialista, Unión Cívica Radical, Coalición Cívica-ARI, PARES, Partido Demócrata Progresista y Libres del Sur. Van a las PASO con cinco listas de precandidatos.
Distinto el camino que toman en Córdoba, donde la UCR –otrora toda poderosa electoralmente hablando– desechó cualquier coalición y va a las Primarias con tres listas de precandidatos a diputados nacionales. Sin alianzas como en Buenos Aires y la CABA, la Coalición Cívica y el Frente Progresista, Cívico y Social van con su propia receta (un dato llamativo, para el diario La Nación el único precandidato radical es Oscar Aguad).
A las márgenes del Paraná
Chaco, pionera de la alianza que en 2001 dejó el poder en helicóptero al mismo tiempo que el país ardía, también se suma al armado en Buenos Aires, CABA y Santa Fe: la UCR, Coalición Cívica, Libres del Sur, el Partido Socialista y un largo etcétera acompañan a Ángel Rozas y Aída Ayala, binomio que competirá en las PASO contra una fórmula más radical traccionada por el tridente: Roy Nikisch, Alicia Azula y Gerardo Cipollini.
En esta provincia, el Proyecto Sur de Pino Solanas va a con lista propia de precandidatos. Enfrente, el oficialista FVP ofrece diez listas de precandidatos, que incluye una que responde al gobernador Daniel Scioli, aunque, equivocadamente, este sector esperaba que el exdeportista se apartara del rumbo kirchnerista (para La Nación, también sólo hay una lista de precandidatos).
Corrientes, sea por el payé o simplemente por las intervenciones federales, será el único distrito electoral donde se elegirá gobernador, desfasado del calendario nacional (aunque también se renovará la representación taragüí en el Congreso).
El armado electoral correntino es más bien sui géneris, e incluye una alianza entre el gobernador Ricardo Colombi y Hugo Moyano, a través del Partido de la Educación, la Cultura y el Trabajo, en una de las cinco listas de precandidatos a diputados nacionales de ECO, frente a las cuatro listas de precandidatos del FVP.
El otro peronismo
El antes denominado peronismo disidente mantiene los problemas del resto de la oposición para mostrarse unido. Salvo en Santa Fe, donde los abanderados de la CGT opositora: Hugo Moyano y Momo Vanegas unen su Partido de la Educación, la Cultura y el Trabajo y la FE, de cara a las elecciones del 11 de agosto.
Sin embargo, ni en Buenos Aires ni en la CABA el camionero y el representante de los trabajadores rurales pudieron cerrar un acuerdo. Lejos quedó aquella foto con el cordobés Manuel de la Sota. Muy a su pesar, Moyano sólo logró un acuerdo electoral con Francisco de Nárvaez Steuer, más conocido como el Colorado que está harto.
En estos dos distritos electorales clave, como en la mayoría de las provincias, FE de Venegas, el Partido de la Educación, la Cultura y el Trabajo de Moyano y el Partido Federal de los hermanos puntanos Rodríguez Saá (las últimas caras del peronismo disidente) no pudieron lograr alianzas significativas.
La última esperanza blanca del viejo justicialismo es Sergio Massa, intendente de Tigre, que busca dar el gran salto político de la mano del Frente Renovador, un amplio arco que incluye a peronistas, miembros del PRO de Mauricio Macri, un ex-Coalición Cívica y alguna periodista del grupo Clarín. Recién debutado como opositor, el exfuncionario K tiene aspiraciones presidenciales que chocan con una inexistente territorialidad y con un confuso mensaje que no deja claro de qué lado está.
De derechas e izquierdas
Aunque Durán Barba lo disimule, el gran perdedor en este armado de las PASO es, sin dudas, Mauricio Macri. El PRO sólo logró hacer pie con posibilidades de conseguir escaños en el Congreso de la Nación en su bastión porteño, en Santa Fe, de la mano del cómico Miguel del Sel, y en Salta acompañando al inefable Alfredo Olmedo.
En cambio, Macri tuvo que imponerse mediáticamente y a los codazos para que Massa admitiera que en provincia de Buenos Aires hay una alianza Frente Renovador-PRO, aunque, los legisladores de ambos lados no conformarán un interbloque en las Cámaras baja y alta.
A la siniestra del porteño y del bonaerense está la clásica (aunque suene medio conservador) oferta de izquierda, con el Partido Obrero (o de los Obreros, como lo llaman en Chaco) soñando con repetir el 2% de 2011, por lo que desempolvó su spot de campaña: un voto de confianza en las PASO para estar en las generales de octubre.
Más a la izquierda, más al centro o más a la derecha, hay tanta oferta electoral que nunca llegaremos ni a recordar a los precandidatos que, después de octubre, se convertirán en los nuevos 24 senadores y 130 diputados, que comenzarán a modelar el nuevo mapa político de cara a 2015.
Encuesta va, encuesta viene, los medios se entretienen. Spots bizarros, huecos, violentos, sin propuestas o repetidos. En medio de esa esquizofrenia, tratar de poner un poco de realidad parece imposible.
Pero ¿y si lo que decía Perón resulta cierto y “la única verdad es la realidad”? Entonces, se hace necesario tratar de buscar alguna “realidad”. Y una verdad inobjetable en política es la territorialidad, es decir la cantidad de provincias en la que se despliega, justamente, la acción política.
La única fuerza política armada en la totalidad de los distritos electorales es el Frente para la Victoria (FVP), con sus diferentes matices: en algunos casos, montado al aparato del PJ (el NEA es un bueno ejemplo); en otros, enfrentado al justicialismo, como en Córdoba y Santa Cruz. Y si bien en la mayoría de las provincias el FPV es oficialismo, también competirá en estas PASO como oposición: el caso más emblemático es Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Y en casi todos los distritos electorales, el FVP dirimirá sus candidatos en las PASO de entre varias listas que responden al modelo político, social y económico que implementó en 2003 Néstor Kirchner.
Radicales
Por historia y estructura, la UCR es el único partido capaz de confrontar territorialmente con la fuerza que encabeza Cristina Fernández de Kirchner. Pero no puede mostrarse homogénea ni coherente con sus propuestas políticas.
Mientras los radicales porteños apuestan a UNEN (aunque sus cruces son virulentos), en la provincia de Buenos Aires lo hacen por el Frente Progresista, Cívico y Social, con Proyecto Sur de Pino Solanas, el GEN, las distintas patas de la Coalición Cívica (tanto los “lilitos” como los “exlilitos”), y un sector del socialismo que responde al santafesino Hermes Binner.
Justamente, en Santa Fe, siguiendo el mismo modelo, el FAP dejó paso al Frente Progresista, Cívico y Social, que resulta de la unión del Partido Socialista, Unión Cívica Radical, Coalición Cívica-ARI, PARES, Partido Demócrata Progresista y Libres del Sur. Van a las PASO con cinco listas de precandidatos.
Distinto el camino que toman en Córdoba, donde la UCR –otrora toda poderosa electoralmente hablando– desechó cualquier coalición y va a las Primarias con tres listas de precandidatos a diputados nacionales. Sin alianzas como en Buenos Aires y la CABA, la Coalición Cívica y el Frente Progresista, Cívico y Social van con su propia receta (un dato llamativo, para el diario La Nación el único precandidato radical es Oscar Aguad).
A las márgenes del Paraná
Chaco, pionera de la alianza que en 2001 dejó el poder en helicóptero al mismo tiempo que el país ardía, también se suma al armado en Buenos Aires, CABA y Santa Fe: la UCR, Coalición Cívica, Libres del Sur, el Partido Socialista y un largo etcétera acompañan a Ángel Rozas y Aída Ayala, binomio que competirá en las PASO contra una fórmula más radical traccionada por el tridente: Roy Nikisch, Alicia Azula y Gerardo Cipollini.
En esta provincia, el Proyecto Sur de Pino Solanas va a con lista propia de precandidatos. Enfrente, el oficialista FVP ofrece diez listas de precandidatos, que incluye una que responde al gobernador Daniel Scioli, aunque, equivocadamente, este sector esperaba que el exdeportista se apartara del rumbo kirchnerista (para La Nación, también sólo hay una lista de precandidatos).
Corrientes, sea por el payé o simplemente por las intervenciones federales, será el único distrito electoral donde se elegirá gobernador, desfasado del calendario nacional (aunque también se renovará la representación taragüí en el Congreso).
El armado electoral correntino es más bien sui géneris, e incluye una alianza entre el gobernador Ricardo Colombi y Hugo Moyano, a través del Partido de la Educación, la Cultura y el Trabajo, en una de las cinco listas de precandidatos a diputados nacionales de ECO, frente a las cuatro listas de precandidatos del FVP.
El otro peronismo
El antes denominado peronismo disidente mantiene los problemas del resto de la oposición para mostrarse unido. Salvo en Santa Fe, donde los abanderados de la CGT opositora: Hugo Moyano y Momo Vanegas unen su Partido de la Educación, la Cultura y el Trabajo y la FE, de cara a las elecciones del 11 de agosto.
Sin embargo, ni en Buenos Aires ni en la CABA el camionero y el representante de los trabajadores rurales pudieron cerrar un acuerdo. Lejos quedó aquella foto con el cordobés Manuel de la Sota. Muy a su pesar, Moyano sólo logró un acuerdo electoral con Francisco de Nárvaez Steuer, más conocido como el Colorado que está harto.
En estos dos distritos electorales clave, como en la mayoría de las provincias, FE de Venegas, el Partido de la Educación, la Cultura y el Trabajo de Moyano y el Partido Federal de los hermanos puntanos Rodríguez Saá (las últimas caras del peronismo disidente) no pudieron lograr alianzas significativas.
La última esperanza blanca del viejo justicialismo es Sergio Massa, intendente de Tigre, que busca dar el gran salto político de la mano del Frente Renovador, un amplio arco que incluye a peronistas, miembros del PRO de Mauricio Macri, un ex-Coalición Cívica y alguna periodista del grupo Clarín. Recién debutado como opositor, el exfuncionario K tiene aspiraciones presidenciales que chocan con una inexistente territorialidad y con un confuso mensaje que no deja claro de qué lado está.
De derechas e izquierdas
Aunque Durán Barba lo disimule, el gran perdedor en este armado de las PASO es, sin dudas, Mauricio Macri. El PRO sólo logró hacer pie con posibilidades de conseguir escaños en el Congreso de la Nación en su bastión porteño, en Santa Fe, de la mano del cómico Miguel del Sel, y en Salta acompañando al inefable Alfredo Olmedo.
En cambio, Macri tuvo que imponerse mediáticamente y a los codazos para que Massa admitiera que en provincia de Buenos Aires hay una alianza Frente Renovador-PRO, aunque, los legisladores de ambos lados no conformarán un interbloque en las Cámaras baja y alta.
A la siniestra del porteño y del bonaerense está la clásica (aunque suene medio conservador) oferta de izquierda, con el Partido Obrero (o de los Obreros, como lo llaman en Chaco) soñando con repetir el 2% de 2011, por lo que desempolvó su spot de campaña: un voto de confianza en las PASO para estar en las generales de octubre.
Más a la izquierda, más al centro o más a la derecha, hay tanta oferta electoral que nunca llegaremos ni a recordar a los precandidatos que, después de octubre, se convertirán en los nuevos 24 senadores y 130 diputados, que comenzarán a modelar el nuevo mapa político de cara a 2015.
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