La (des)esperanza del lobbista Aguinis
Marcos Aguinis. | PERFIL.COM
Datapuntochaco | Editores
▪ “La realidad que padece la Argentina excede el disparate”, dice el escritor. Acusa al Gobierno de “lavar el cerebro” a millones y de atornillarse con ñoquis. Y llama a los jóvenes a llenarse de valentía para combatir. La bravata es de quien, junto con Eliaschev, Kovadloff y Sabsay, fue señalado en la trama Nisman-DAIA-fondos buitre en la causa AMIA.
“El gobierno (o desgobierno) actual, pese a su agonía
convulsa, es aún apoyado por millones. Continúa el ‘lavado de cerebro’
inventado por la genial maquinaria propagandística de Goebbels. Y continúa
atornillándose con ñoquis, más empleados públicos y más promesas.
Es penoso observar los discursos presidenciales por la
cadena nacional. Digo observar y no escuchar, porque lo que ella dice –con
contradicciones, soberbia y el esfuerzo de imitación a la vocinglería tropical
de Hugo Chávez– será material de realismo mágico dentro de poco. Deprime ver a
hombres y mujeres convertidos en aplaudidores y sonreídores indignos que
festejan hasta sus errores. Lo mismo vale para legisladores, gobernadores,
intendentes, gremialistas y ciertos magistrados que se someten a un poder que a
fin de este año será reemplazado por otro. ¿Tanto les cuesta mirar el
horizonte?”.
Ese vómito de resentimiento y odio es parte de un artículo escrito por Marcos Aguinis en La Nación. Lo tituló Carta esperanzada a un joven argentino, dirigida, claro
está, a la juventud, donde ruega que este año “no sólo haya una simple mutación
de gobierno, sino de régimen”.
“Ahora, desde el poder, se trabaja para clausurar las
rutas del pensamiento crítico, de la iniciativa individual, de la decencia y el
imperio de la ley. No cesan los intentos de convertir a los legisladores en un
ejército de obsecuentes y a muchos de los jueces y fiscales en encorvados
siervos (…) La realidad que padece la Argentina excede el disparate”, dice
Aguinis, confeso ultraanti-K.
El escritor apela a los jóvenes para terminar con el
Gobierno. “En este aquelarre de despropósitos, ineficiencia administrativa,
incoherencia y embustes, se nos está deshaciendo la república. Mi esperanza
radica en que los jóvenes tomen conciencia y nos ayuden a cambiar la realidad”,
confiesa.
Y arenga: “Ahí reside tu misión, joven argentino. Ayudar
a que no nos amilanen los desafíos, sino convertirlos en emblemas del coraje.
Entender qué es lo que está mal y combatirlo. Desprenderse de los beneficios de
corto plazo, equivalentes a los espejitos de colores, y optar por los grandes
beneficios que coronan el sostenido esfuerzo de una nación decidida a repechar
la cuesta. El objetivo es claro: una Argentina potente, ética y ejemplar. No
dadivosa, sometida y corrupta”.
Aguinis, que critica con dureza al Gobierno –al que descalifica con el término régimen– y al Congreso y al Poder
Judicial –a los que tacha de obsecuentes y siervos– fue mencionado
recientemente en un imperdible artículo de Jorge Elbaum, exdirector ejecutivo de la DAIA, publicado en Página 12, donde da cuenta de la trama fondos
buitres-Nisman-DAIA, en contra del infructuoso memorándum acordado entre la
Argentina e Irán por el atentado de la AMIA.
Elbaum cuenta que el miércoles 27 de diciembre de 2012,
el canciller Héctor Timerman mantuvo, en el séptimo piso de Pasteur 633, una
reunión con el consejo directivo de la DAIA para explicar las características
de las tratativas llevadas a cabo por entonces con la República Islámica de
Irán. En ese encuentro participaron familiares de las víctimas del atentado de
1994 y fue resumido por el presidente de la entidad, Julio Schlosser, como “lo
valedero es la opinión de los familiares (de las víctimas), y ellos expresaron
claramente que esta entrevista ha sido altamente positiva... Si para los
familiares ha sido positivo, la opinión de los dirigentes está de más”.
La misma tarde de ese encuentro, prosigue Elbaum, el
secretario general de la DAIA, Jorge Knoblobitz, les comentó a sus allegados
que había recibido una llamada telefónica del periodista José Ricardo Pepe
Eliaschev [ya fallecido], quien “le advertía –indignado– que la recepción
cordial al canciller Timerman iba a ser taxativamente condenada y repudiada por
‘la comunidad’ y las embajadas norteamericanas e israelí”.
Luego de esa llamada “se sucedieron varias reuniones
espasmódicas, hasta que el vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, se encargó
de transparentar lo que estaba sucediendo: existía una clara presión ‘telefónica’
orientada a cuestionar cualquier tratativa con Teherán”. Entre los
encolerizados lobbistas telefónicos, cuenta Elbaum, sobresalían los números celulares de Santiago
Kovadloff, Daniel Sabsay y Marcos Aguinis, quienes tiempo después se
convirtieron en fervientes convocantes a la marcha de los paraguas del 18 de
febrero, en memoria de Alberto Nisman, y “decidieron conmemorar mensualmente
(junto a Nelson Castro) la memoria del exfiscal a partir de la fecha de su
fallecimiento”.
¿Quiénes son esos señores? Kovadloff es un acérrimo
opositor al Gobierno. En una entrevista con Perfil, el ensayista ofende
al ser consultado sobre el feriado del 24 de Marzo. “Tal vez la finalidad de
estos feriados sea promover el olvido… Acaso el Estado (mediante esta Feria de
distracciones) aspire a lograr que el sentimiento cívico se diluya en la
pereza, en un descanso innecesario en vez de promover, justamente, una
valoración del trabajo y de todo aquello que genere ‘comunidad’ a través del
esfuerzo. Nos están invitando a la dispersión del descanso”, respondió.
En otro tramo, se refiere a los que apoyan al Gobierno
como un 30% del electorado argentino, que “aspira a una conducción política
fuertemente autoritaria que sea capaz de cubrir sus demandas de supervivencia y
no, en cambio, recursos de desarrollo cívico”. Y remata: “Desgraciadamente, ese
empobrecimiento de la percepción de la propia identidad que caracteriza a gente
que apoya a este gobierno forma parte, para mí, de un núcleo que está siendo
brutalmente explotado por este gobierno”.
De Sabsay se sabe que es el “constitucionalista” de
cabecera de los medios opositores al Gobierno. Su palabra es sagrada. Es quien
puso en duda que la presidenta se haya recibido realmente de abogada, en un
discurso que pronunció ante empresarios en Mar del Plata, en el 50º Coloquio
del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), en octubre
pasado, en contra de la reforma del Código Procesal Penal.
“Basta de un matrimonio presidencial. Ahora nos quieren
poner al hijo presidencial [por Máximo Kirchner] y no lo ponemos permitir”, dijo, casi fuera
de sí el abogado. Ahora bien, cómo se escribió en Datapuntochaco sobre ese sórdido suceso, el constitucionalista usó como papel higiénico la elección legítima y
legal de los Kirchner como presidentes y las aspiraciones legítimas de un
ciudadano, como Máximo Kirchner, de hacer política ¿No es acaso Sabsay
autoritario con ese deseo de “no lo podemos permitir”?
Llama la atención cómo los que acusan al Gobierno de
autoritario, intemperante, intolerante y opresor recorren precisamente ese
camino: en sus opiniones, se muestran autoritarios, intemperantes, intolerantes
y opresores. Aguinis no llama a la juventud a compulsar ideas o proyectos
políticos. En sintonía con Kovadloff, les pide renunciar a los “beneficios de
corto plazo” y “optar por los grandes beneficios”. El ensayista lo dice en
otras palabras: desarrollo cívico en vez de demandas de supervivencia. En
definitiva, los llaman a desmantelar todo lo hecho en estos últimos diez años.
Se sabe que si no se tiene asegurada la supervivencia, es
difícil el desarrollo cívico. Sin embargo, el modelo que defiende Aguinis deja a
millones sin fuerzas para las demandas de supervivencia y, en consecuencia, les
clausura el desarrollo cívico.
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